domingo, octubre 09, 2005

ASENTAMIENTOS HAITIANOS

Los haitianos se asentaron en diversos lugares del oriente de Cuba, fundamentalmente agrupados en comunidades cercanas a las grúas de pesaje de la caña, en los ramales de ferrocarriles, en los antiguos barracones de esclavos y en cuanto sitio le permitían los dueños de los centrales y demás integrantes de la sociedad, llegando hasta crear bateyes de gran concentración haitiana.

Constituían, por lo regular, comunidades cerradas, propensas a subsistir por sí solos.

Con el transcurso de los años ellos pasaron a residir en cuarterías, diferenciadas del barracón por estar divididas por paredes de madera y con un portal.

Construyeron ranchos con paredes de tablas de palma, pino, mangle y otros materiales y techo de guano, o bohíos edificados con paredes y horcones de tablas de palma o de yagua, pino, mangle y otros, y techo de guano.

En la política de asentamiento al antillano, y por sobre todo, al haitiano, los dueños de tierra le ofrecían a estos porciones de terrenos vírgenes. El inmigrante desbrozaba montes con machetes y hachas para construir ranchos y convertirlos en productivos. Al cabo del tiempo, era desalojado de esos lugares por cualquier pretexto, y debía, con suerte, comenzar ese mismo proceso en otro lugar.

Así era explotada también la fuerza de trabajo del antillano.

El haitiano se mantenía en constante movimiento migratorio desde las distintas zonas de los centrales hacia las mayores zonas cafetaleras de las provincias orientales en el llamado tiempo muerto o receso de la zafra azucarera.

Así llegaban hasta los lomas de Guantánamo, Santiago de Cuba y otras a recoger café.

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