sábado, octubre 22, 2005



LA INMIGRACION HAITIANA. INTRODUCCION

La inmigración haitiana y su descendencia en Cuba tiene una particular manifestación.

Antes de llegar Cristóbal Colòn a la isla ya habìa en ella población procedente de Haití, región llamada asì por los aborígenes que, en la lengua arawak, significa “tierra de altas montañas”.

Otro éxodo de tierra haitiana hacia la cubana tuvo su origen por los acontecimientos que condujeron a la revolución haitiana, el triunfo de los rebeldes esclavos y la constituciòn de la repùblica negra el primero de enero de 1804. Los colonos franceses huyeron y consigo arrastraron a parte de sus dotaciones de esclavos, a mulatos libres y otros que no congeniaron con el nuevo orden social. Conformaron la emigración franco-haitiana hacia Cuba de finales del siglo XVIII y principios del XIX.

Pero el màs grande arribo de haitianos lo ocasionò la inversión en la industria azucarera cubana por las compañìas transnacionales norteamericanas, en las primeras décadas del siglo XX, y la demanda de mano de obra barata. La Primera Guerra Mundial incentivò el trasiego de los antillanos reclutados como braceros y en condiciones de semiesclavitud.

Los vaivenes en el precio del azúcar en el mercado, la crisis económica mundial y el factor de oposición interna de los trabajadores cubanos hacia la inmigración laboral extranjera, concitarìan el panorama de rechazo y los decretos-leyes y demàs instrumentos gubernalmentales que provocaron la interrupciòn de la llegada masiva de estos inmigrantes luego del año 1931, la repatriación forzosa y salida de miles de antillanos, en especial de haitianos y jamaicanos.


Transcurrido los años seguirían, en menor medida, otros tránsitos y arribos de haitianos a Cuba -incluidos los perseguidos políticos y de otra naturaleza escapados del régimen de terror que implantó Francoise Duvalier en Haití-, con lo cual se iría conformando una masa de residentes haitianos y sus descendientes en las más precarias condiciones de vida y de presión social, condicionante de la percepción y del trato otorgado a los antillanos y a sus "pichones".

La Revolución triunfante del Primero de enero del 1959 vino a detener circunstancialmente esta emigración y -cambiar radicalmente- el panorama del haitiano y sus descendientes en Cuba, conjuntamente con las transformaciones políticas, económicas y sociales que propició la llegada al poder del movimiento revolucionario encabezado por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz.

Los haitianos y sus descendientes han recibido los mismos derechos y participan en el cumplimiento de las responsabilidades igual que el resto de los cubanos.

Son protagonistas en la historia y la cultura de la nación cubana, y al igual que el resto del pueblo, están librando las batallas actuales de la isla por la defensa y el triunfo definitivo de la justicia y de la razón.

viernes, octubre 21, 2005

ACTÚAN EN CUBA UNA VEINTENA DE GRUPOS FOLCLÓRICOS HAITIANOS

Una veintena de grupos folclóricos de danza y musicales de origen haitiano actúan en Cuba, como parte de la diversidad manifiesta en el panorama nacional y portadores tradicionales de un cada vez mayor reconocido espacio cultural a esta etnia.

Los conjuntos de danza se fundamentan en una tradición del baile haitiano y de la localidad donde están enclavados, como depositarios de un saber y un actuar por generaciones conservado por algunos descendientes del núcleo original.

Las provincias orientales presentan el mayor número con los grupos Barrancas, Pilón del Cauto y La Palmita, en Santiago de Cuba; Locosia en Guantánamo; Gagá Nuevo Haití y La flor de Rosa, en Holguín, Maye de Ife y Petit Danze en Las Tunas.

En Camaguey se encuentran Caidije y Bonito Patua, en tanto en Ciego de Avila actúan Ocay, La gran familia y Nago.

Especial significado tienen las Tumbas francesas, con elementos franco-haitianos, de las cuales se conservan la centenaria Santa Catalina de Ricci o Pompadour, en Guantánamo, La Caridad de Oriente, en Santiago de Cuba; y Bejuco, de Sagua de Tánamo en Holguín.

Sobresale también el grupo Desandann, de Camaguey, único conjunto coral en creole haitiano existente en el mundo, y de reconocida expresión artística.

Otras agrupaciones en Cuba recrean el acervo cultural haitiano, como son los conjuntos folclóricos Nacional, el Cutumba y el de Oriente, o los grupos Renacer haitiano, Raíces, Mystere du Vadoun d´Haití, entre otros.

La preservación de la diversidad cultural se logra en Cuba mediante la promoción y el respeto a las identidades culturales de todos sus ciudadanos, como fue ratificado en su respuesta a la Oficina del Alto Comisionado de la ONU sobre la Resolución 2004/20, donde enfatizó sus principios en tal sentido.

lunes, octubre 17, 2005

ORIGEN ECONOMICO DE LA INMIGRACION

La guerra de independencia librada por los cubanos contra España, en sus dos fases de 1868 y la iniciada en 1895, llegò hasta un punto en que la metrópolis no pudo sostener esta contingencia.

Fue entonces que los Estados Unidos de Norteamérica intervino en 1898 en la contienda, utilizando como pretexto la extraña voladura de su buque de guerra Maine, anclado en el puerto de La Habana, y le declarò la guerra a España.

Agotada como estaba, España no resistiò el embate de las tropas cubanas, ahora con la intromisión norteamericana, por mar y por tierra, y claudicò. Apartando a los cubanos, Estados Unidos firmò con España la rendición y fin de la guerra en 1898.

Las tropas norteamericanas se posesionaron del territorio y obligaron a las fuerzas cubanas a entregar las armas y desmovilizarse. Se instaurò un gobierno interventor yanqui que rigiò hasta 1902, cuando se declaró por los norteamericanos la escamoteada independencia de Cuba.

Durante y después de la ocupación militar estadounidense, las transnacionales azucareras norteamericanas se posesionaron del país, adquiriendo grandes territorios a bajìsimos precios, o aplicando el desalojo, sobretodo en la parte oriental de la isla, donde era escasa la población.

Los Estados Unidos realizaron fuertes inversiones en la industria azucarera, en especial en la parte oriental del paìs, y sobre bases más ventajosas que las del siglo XIX, le abrieron sus mercados y originaron un acelerado desarrollo a este sector econòmico.

La distorsión demográfica en Cuba, heredada de la colonia, significaba que porciones de las regiones occidental y central, con una superficie menor del 20% del total, concentraban el 60% de la población, mientras que Camaguey y Oriente, con la mayorìa y mejores suelos agrícolas solo contaban con el 11,4% de la población total.

Los productores de azúcar norteamericanos y otros presionaron a los gobiernos de turno para conseguir mano de obra barata y para ello acudieron a las islas cercanas de Haití y Jamaica, para reclutar desocupados a muy bajos salarios.

Un grupo de hacendados organizó, en 1911, la “Asociación de Fomento de la Inmigración”, cuyo objetivo principal fue la importación de braceros haitianos y jamaicanos, a partir de 1912.

La emigración hasta entonces mayoritariamente europea a Cuba comenzó a cambiar a partir de que el presidente José Miguel Gómez (1909-1913) concedió a la compañía Nipe Bay Company, mediante el Decreto Presidencial número 23, del 10 de enero del 1913, el permiso de importar 1 000 braceros antillanos para el central Preston en la provincia Santiago de Cuba.

domingo, octubre 16, 2005

INMIGRACION FRANCO HAITIANA

El inicio de las más trascendentes de las migraciones desde la isla vecina hacia la mayor de las Antillas se remonta a más de dos siglos, a finales del XVIII (1789 a 1805), provocado por la Revolución de Haití .

A Baracoa, Guantánamo y Santiago de Cuba, extremo oriental de la isla, comienzan a arribar en 1789 algunas familias franco-haitiana afectadas por las revueltas esclavas en Haití, lo que crece extraordinariamente a partir de 1791.

Pero la gran “diáspora blanca de Haití” se provoca con la derrota definitiva de los colonos contrarrevolucionarios en Cape Haitien (Cabo Haitiano), en 1793, cuando unos 2000 colonos blancos huyen hacia los Estados Unidos y hacia las colonias españolas de Cuba y de Santo Domingo.

Dos años màs tarde numerosas familias francesas deciden huir hacia Cuba a partir de que España cede a Francia la parte oriental de La española mediante el Tratado de paz de Basilea.

Otro momento de este éxodo lo fue en 1798 cuando, derrotados, los ingleses se vieron obligados a firmar la paz con Toussaint Louverture y abandonar la isla. Ellos y los colonos que les apoyaban salieron con destino a Jamaica, Nueva Orleáns y Cuba.

Tambièn, miles de mulatos seguidores de Rigaud se vieron impelidos a salir junto con èste al terminar la guerra civil en 1800, y viajar algunos hacia Cuba.

Napoleón Bonaparte envía a su ejèrcito a Haití y es derrotado en 1803 por Jean Jacques Dessalines, lo que origina una nueva emigración hacia Cuba.

Tras el primero de enero de 1804 proclamarse la repùblica libre, colonos franceses cargaron con sus dotaciones de esclavos y arribaron a Cuba por la región oriental, donde se asentaron y desarrollaron su economía cafetalera y cacaotera. Ya para 1805 había 30000 haitianos en Cuba. Se dice que en sólo 16 años (1789-1805) la ciudad de Santiago de Cuba recibió 20000 refugiados franco-haitianos.

Con los años, estos franco-haitianos fueron poblando otras regiones de la isla.

En el resto del siglo XIX el flujo de franco-haitianos hacia Cuba descendiò ostensiblemente, tanto por el agotamiento del nùmero de ellos en la nueva repùblica, como tambièn por las prevenciones en la colonia española para evitar una repetición de la revolución haitiana entre los esclavos, negros y mulatos libres, residentes en la isla.

Aùn asì, los franco-haitianos, sus esclavos negros y los mulatos llegados participaron no solo en el desarrollo económico, cultural y social de la isla, sino que tambièn no pocos de ellos tuvieron un lugar protagónico en las luchas por la independencia de Cuba.

sábado, octubre 15, 2005

HAITIANOS ABORIGENES

“Haitianos” llegaron a Cuba desde las primeras migraciones de aborígenes antes del arribo de Cristóbal Colón al Nuevo Mundo.

Efectivamente, los primeros pobladores de Cuba los indios guanajatebeyes, taínos y siboneyes llegaron a ella procedentes de Sudamérica, utilizando como puente a las Antillas, o provenientes de la Florida, en América del Norte. Se dice que a la llegada de los españoles habìa unos 112 000 aborìgenes habitando en ella.

Una de las islas de la Antillas era denominada Haití, que en lengua aborigen de los taìnos y arawak significaba “tierras de altas montañas”.

Contra la explotación y el exterminio de los españoles se rebelaron los aborígenes, sobre todo los aguerridos caribeños. Uno de ellos, oriundo de Haití, se trasladó a Cuba para encausar la lucha contra los invasores: el cacique Hatuey.

Hatuey devino en el precedente histórico de la afluencia y protagonismo de los haitianos en Cuba, en ejemplo de los valores de lucha y dignidad revolucionarias, en un mártir de la lucha contra la invasión extranjera.

Guamá, otro invicto aborígen, luchó contra los invasores desde 1522 hasta 1533 en las montañas de Baracoa, en el oriente cubano.

domingo, octubre 09, 2005

PROTEGIDOS POR LA SEGURIDAD SOCIAL

Los braceros transportados hacia Cuba para suplir la carencia de mano de obra barata con destino al corte de la caña de azúcar provenían de Haití y Jamaica, principalmente, y de otras partes de la Antillas Menores.

Todos ellos fueron sometidos a las más infrahumanas condiciones para el trabajo duro en los campos, y bajo una fuerte discriminación en todos los órdenes.

Tal grado de explotación les hacía huérfanos de toda protección de los gobiernos imperantes o de la sociedad misma. Con el triunfo de la Revolución el primero de enero del 1959 cambió radicalmente esta situación.

Los beneficios en los terrenos de la economía, la educación, la cultura, los deportes, la recreación, la salud y otros, y la preservación de la vida misma con una dimensión más plena en su desarrollo que propició el nuevo régimen social en Cuba para toda la población, alcanzó también a esos inmigrantes y sus descendientes.

El Gobierno Revolucionario analizó en un momento determinado la situación de aquellos inmigrantes antillanos que, al momento de entrar en vigor la Ley de Seguridad social número 1100, del año 1963, no se encontraban trabajando por la edad o por sus condiciones físicas, y por lo tanto no estuvieron incluidos en sus beneficios.

Entonces se dictó la Resolución 232 del Ministerio del Trabajo en el año 1967, la cual incorporaba como beneficiarios de la seguridad social con una prestación monetaria adicional a la protección que ya recibían en cuanto a atención médica, de asilo, hospitalaria y otras por parte del Ministerio de Salud Pública como residentes en Cuba.

La propia resolución establecía ese acto como una justicia a los antillanos, ante el aporte a la economía del país durante tanto tiempo y sometidos a los más crueles niveles de explotación y discrimanción.

La cuantía fijada entonces fue de 40 pesos y lo recibieron más de siete mil antillanos en todo el país. Esa cantidad aumentó a 60 pesos en el año 1969 y posteriores incrementos ha propiciado que en la actualidad alcancen una pensión media de 90 pesos.

Según reportes de la base de datos del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social de Cuba se mantenían 92 haitianos beneficiarios de aquella resolución 232 que en la actualidad continúan cobrando su pensión.

Adicionalmente, de acuerdo con lo establecido en las leyes 1100 del año 1963 y 24 del año 1979, los familiares de los haitianos ya fallecidos que estaban acogidos a esa Resolución reciben también los beneficios de la Seguridad Social.
PROTAGONISMO DEL HAITIANO EN CUBA

Por coincidencias históricas, las revoluciones de Haití y de Cuba triunfaron un primero de enero: la haitiana en 1804, la cubana en 1959.

Ambas sentaron un precedente en el hemisferio occidental: la haitiana, la primera revolución triunfante de esclavos negros, la cubana, la primera en convertir en libre su territorio en América Latina e iniciar la construcción de una sociedad socialista.

La presencia del haitiano en Cuba no ha sido todo lo pasiva que regularmente se tiende a pensar. Ha tenido, y tiene, un papel activo dentro de la formación de la nación cubana y su ulterior desarrollo.

La idiosincrasia, las creencias y conductas sociales, económicas, religiosas, culturales, artísticas, hábitos alimentarios, remedios para la salud y otras del haitiano se han engarzado en el entramado de esta nación antillana.

Numerosos hijos de aquel país y sus descendientes ofrendaron sus vidas en las gestas libertarias cubanas o alcanzaron lugares cimeros en la Guerra de Independencia, así como en los posteriores años de lucha contra regímenes dictatoriales.

Un ejemplo de esta afirmación lo es también Emilio Bárcena Pier, descendiente de haitiano, que se incorporó a la lucha guerrillera contra la tiranía de Batista y, junto con el Ejército Rebelde creado por la vanguardia que asaltó al cuartel Moncada, luchó bravamente. El perteneció a las tropas del querido y legendario comandante Ernesto Che Guevara, hasta caer heroicamente en combate.

Sangre de sus descendientes se derramó también, junto con la cubana, en las acciones internacionalistas en África y en otras regiones, en aras de la libertad de aquellos pueblos. Las filas de combatientes cubanos del Che en el Congo, en el año 1965, contaron con un haitiano (Adrien Sansaricq) y no pocos descendientes de esta etnia.

Y así fue cuando Cuba ayudó al pueblo angolano a defender su libertad de los intentos coloniales sudafricanos, o en muchos otros lugares combatiendo al enemigo colonialista e imperialista, o brindando el apoyo a la educación, a la salud, a las construcciones, al desarrollo económico de naciones hermanas del llamado Tercer Mundo.

Al igual que el resto del pueblo, están librando las batallas actuales de Cuba por la defensa y e triunfo definitivo de la justicia y de la razón.
DISCRIMINADOS Y REPATRIADOS

En 1921 el presidente Alfredo Zayas firmò el Decreto 1404 mediante el cual se exigía el reembarque de los braceros antillanos.

En la medida en que se acercò la etapa de crisis económica mundial, los inmigrantes antillanos fueron rechazados por la oficialidad de turno.

Al Congreso fueron presentados diversos proyectos de leyes contra la inmigración, con el fin de limitarla o suspenderla.

Los potentados azucareros no tan solo se opusieron a esta salida de la mano de obra barata, sino que estimularon la existencia de los inmigrantes ilegales en el paìs.

En tanto se evidenciò una enorme reducción en los inmigrantes que arribaron al paìs en 1922, esto cambiò en 1923 y siguientes años hasta el 1928.

Bajo acuerdo con sus respectivos gobiernos, la administración cubana realizò la repatriación de 15 600 antillanos en 1928, la mayorìa haitianos, 2 100 salieron por su propia voluntad.

La crisis económica capitalista mundial de 1929 agudizò esta situaciòn.

Fueron implantados férreos controles sobre la población extranjera arribante y residente en el paìs, y a los antillanos en especial se les propinò un abusivo trato por parte de las autoridades.

En 1930 fue presentado un proyecto de Ley de Inmigración y Colonización mediante el cual se prohibía la entrada al paìs de antillanos y chinos, entre otros.

La entrada de inmigrantes prácticamente se paralizò en 1932.
CULTURA HAITIANA

La dimensión cultural del elemento haitiano dentro del desarrollo de la nacionalidad cubana está aún por caracterizar en su justo alcance y en todos sus aspectos.

Entendida como modo de ser y de hacer y no solo la acumulación y manifestación de conocimientos estéticos y artísticos, la cultura haitiana ha tenido un rol en el proceso de transculturación que de diversa naturaleza se ha originado en Cuba.

Es parte integrante de ese gran “ajiaco” cultural y formador del pueblo cubano.

De la etapa precolombina los propios colonizadores españoles se encargaron de arrasar a la población residente y que provenía de la región conocida hasta entonces como Haití, por lo que no pudiera afirmarse de una prevalencia cultural de aquellos aborígenes.

El aporte del haitiano a la integral formación cultural cubana se manifiesta con mayor fuerza desde la llegada e inserción en la vida de la colonia española del siglo XVIII de los fugitivos franco-haitianos con sus dotaciones de esclavos, en la etapa de la Revolución de Haití, y pasa por los restantes componentes de la inmigración desde aquella región durante los siglos siguientes.

A través de los años se han ido sedimentando en la realidad cubana los elementos y valores de toda naturaleza provenientes de los haitianos, convirtiéndose en parte inseparable del desarrollo integral de toda la sociedad.

El haitiano, centro de ese intercambio en tanto objeto y sujeto del proceso mutuo de influencia cultural, ha tenido en diversas etapas comportamientos de defensa de sus hábitos, costumbres, creencias, etc., ante la agresión, sojuzgamiento y discriminación sistemática a que estuvo sometido durante años por los otros integrantes de la sociedad hasta el triunfo de la Revolución cubana

Aún cuando los haitianos autóctonos mantuvieron una tendencia hacia una forma de vivir abroquelada, defensiva, autoformadora, encerrada en sí misma respecto al resto de la sociedad, no fueron ellos, ni sobre todos sus descendientes, totalmente ajenos a la asimilación creativa de la realidad circundante, de los avances de economía, la ciencia, la tecnología, la cultura, en fin, del desarrollo de la sociedad cubana.

Así ha transcurrido la preservación y afirmación de su identidad cultural, de sus hábitos sociales y actitudes individuales, que conforman hoy día el estilo de vida y de trabajo, las manifestaciones de su participación activa en la vida cultural del país.


Sobre todo ello se despliega en estos momentos diversas investigaciones e intercambios de experiencias para alcanzar una integral caracterización de las expresiones de lo haitiano en la dimensión cultural del pueblo cubano.
ASENTAMIENTOS HAITIANOS

Los haitianos se asentaron en diversos lugares del oriente de Cuba, fundamentalmente agrupados en comunidades cercanas a las grúas de pesaje de la caña, en los ramales de ferrocarriles, en los antiguos barracones de esclavos y en cuanto sitio le permitían los dueños de los centrales y demás integrantes de la sociedad, llegando hasta crear bateyes de gran concentración haitiana.

Constituían, por lo regular, comunidades cerradas, propensas a subsistir por sí solos.

Con el transcurso de los años ellos pasaron a residir en cuarterías, diferenciadas del barracón por estar divididas por paredes de madera y con un portal.

Construyeron ranchos con paredes de tablas de palma, pino, mangle y otros materiales y techo de guano, o bohíos edificados con paredes y horcones de tablas de palma o de yagua, pino, mangle y otros, y techo de guano.

En la política de asentamiento al antillano, y por sobre todo, al haitiano, los dueños de tierra le ofrecían a estos porciones de terrenos vírgenes. El inmigrante desbrozaba montes con machetes y hachas para construir ranchos y convertirlos en productivos. Al cabo del tiempo, era desalojado de esos lugares por cualquier pretexto, y debía, con suerte, comenzar ese mismo proceso en otro lugar.

Así era explotada también la fuerza de trabajo del antillano.

El haitiano se mantenía en constante movimiento migratorio desde las distintas zonas de los centrales hacia las mayores zonas cafetaleras de las provincias orientales en el llamado tiempo muerto o receso de la zafra azucarera.

Así llegaban hasta los lomas de Guantánamo, Santiago de Cuba y otras a recoger café.
BRACEROS PARA LA ZAFRA AZUCARERA

Cuba desarrollò una política migratoria de puertas abiertas en las primeras décadas de la Repùblica mediatizada.

El movimiento de mano de obra barata propiciò que centenares, miles de antillanos (jamaicanos, haitianos y otros) fueran llevados a Cuba como jornaleros para las zafras azucarera y otras.

La Primera Guerra Mundial incentivò este trasiego a partir de que la isla devino en principal productor de azúcar para los paìses aliados y requería màs mano de obra barata.

El 3 de agosto de 1917 la Ley de Inmigración sancionada por el presidente Mario Garcìa Menocal autorizò toda inmigración de braceros o trabajadores por un plazo de hasta dos años después de concluida la guerra.

Pero el azúcar subiò su precio en el mercado mundial una vez terminada la guerra, la producción aumentò exorbitantemente y se originò el perìodo conocido como de “la danza de los millones”. En consecuencia, el nùmero de inmigrantes se duplicò de un año para otro (1919 para 1920).

Como mismo subiò, el precio del azúcar empezó a caer a partir de la zafra de 1920. Ello trajo aparejado que se empezara a aplicar otra política del gobierno de turno respecto a los inmigrantes.
INMIGRACION HAITIANA EN CUBA. SIGLO XX Y...

Transcurridos los años seguirían, en menor medida, otros tránsitos y arribos de haitianos a Cuba -incluidos los perseguidos políticos y de otra naturaleza escapados del régimen de terror que implantó Francoise Duvalier en Haití-, con lo cual se iría conformando una masa de residentes haitianos y sus
descendientes en las más precarias condiciones de vida y de presión social, condicionante de la percepción y del trato otorgado a los antillanos y a sus "pichones".

La situación de esta etnia la ubicaba en el escalón social más bajo, sujeta a los disímiles prejuicios por su condición económica, por el color de su piel, por el no dominio completo del español y por otros factores vinculados a las zonas donde se radicaron (oriente y sur del país, fundamentalmente, en áreas cañeras, cafetaleras y otras).

La Revolución triunfante del Primero de enero del 1959 vino a detener circunstancialmente esta emigración y -cambiar radicalmente- el panorama del haitiano y sus descendientes en Cuba, conjuntamente con las transformaciones políticas, económicas y sociales que propició la llegada al poder del movimiento revolucionario encabezado por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz.

Los haitianos y sus descendientes han recibido los mismos derechos y participan en el cumplimiento de las responsabilidades igual que el resto de los cubanos.

Han accedido a la educación y se han formado en numerosas profesiones y especialidades; han tenido la protección a su salud y a sus vidas; han recibido la oportunidad a un trabajo decoroso, a obtener sus honrados ingresos; han participado en las elecciones y han resultado elegidos; se han destacado en el deporte, en las ciencias, en la cultura y las artes, en la economía, en la defensa y en múltiples esferas.

La Revolución hizo hombres libres e iguales a todos los trabajadores del país, a los 26 000 braceros de origen antillano (jamaicanos, haitianos y otros), que durante años laboraron en cañaverales y cafetales en condiciones de explotación, cuando se promulgó en octubre de 1967 la Resolución 202 que les ofrecía una prestación a largo plazo no menor de 40.00 pesos, y que a partir del 1 de enero de 1969 se elevó a 60.00 pesos.

Tras la caída de la dictadura de los Duvalier se han producido éxodos hacia otros países, a veces de familias enteras, ante la precaria situación económica y social que vive Haití que han llegado a Cuba.

El mal tiempo y las no adecuadas condiciones de las embarcaciones han provocado recalas en las costas cubanas en solicitud de auxilio en provisiones y medicamentos

La Cruz Roja Cubana estableció en Maisí, en el oriente cubano, un campamento para la atención de estos casos. Por este concepto, por ejemplo, en el año 2001 recalaron en costas cubanas y arribaron al país 877 haitianos, de ellos 69 niños, 160 mujeres y 648 Hombres y se repatriaron 110, que de forma voluntaria solicitaron regresar a su país.

sábado, octubre 08, 2005

LA LENGUA CREOLE (3-10-2005)

Los inmigrantes haitianos llegaron a Cuba hablando en su lengua creole.

El creole se desarrollò como medio de comunicación entre los esclavos africanos traìdos al Nuevo Mundo y los amos europeos colonizadores en los siglos XVI y XVII. Fue una mezcla de varios dialectos africanos con el español, el inglès y el francès, de acuerdo con la zona de asentamientos de los interlocutores.

En Haitì, la fusiòn se produjo con el francès dado el desarrollo històrico de esa porciòn de la isla La Española.

Desde la oleada de franceses y la dotaciones de esclavos que trasladaron junto a ellos huyendo de los embates de la revoluciòn haitiana en el periodo de 1791 a 1804, y posterior a esta ùltima fecha, se insertò en Cuba el creole como una forma alternativa de comunicación.

Los cafetales fueron el principal escenario de esta forma de hablar entre los esclavos y luego trascendiò hacia las plantaciones cañeras y los centrales azucareros.

Las huestes mambisas conocieron tambièn de este lenguaje durante el desarrollo de la Guerra de Independencia.

Esta presencia del creole se acrecentò con la inmigración de haitianos como braceros en la primeras dècadas del siglo XX.

El creole devino tambièn como un elemento adicional de discriminación hacia sus hablantes. Se utilizò como tèrmino despectivo el del patua.

Por ello, los descendientes de haitianos se limitaron a hablara el creole en el seno familiar y no en el escenario pùblico, donde estaban oligados a comunicarse en español.

Pero, aùn asì, el creole se convirtió en la segunda lengua màs hablada en Cuba, debido al alto nùmero de inmigrantes haitianos y sus descendientes en el paìs. Cada vez màs los cubanos fueron accediendo a este lenguaje para su intercomunicación con los haitianos, y llegaban a hablarlo, entenderlo con dificultad o a estar de alguna manera familiarizados con algunos vocablos.

Ademàs de las provincias orientales, el creole està muy difundido en Camaguey y Ciego de Avila, en menor medida en Ciudad de la Habana y demàs provincias, segùn la presencia de haitianos y sus descendientes.

En la dècada de 1980 se hizo un sondeo sociològico en la provincia de Guantánamo y determinò que unos 4 000 haitianos y 45 000 descendientes residìan en esos momentos en este territorio oriental.

Un sistemàtico esfuerzo por la enseñanza del creole en aulas especiales creadas con tal fin se realiza en los ùltimos diez años en Ciudad de la Habana, Guantánamo y otros lugares.

Una emisora, Radio Habana Cuba, tiene varias horas diarias de transmisiones internacionales en creole.

Cada 28 de octubre se celebra el Dìa Internacional del Creole, declarado como tal desde el 1979 en las Islas Seychelles. En Cuba se comenzò a celebrar este dìa desde el 1996.